VOCES DEL TERMITERO

PARA VOLVER

Debemos ver la vida
Como cuando éramos niños.
Matisse

Caminar descalzo por las piedras del río.
Emprender el camino en la mañana y guiarnos sólo
Por su canción de las hojas secas.
Beber una cerveza en una fonda montañera y evocar
Con nostalgias los amigos lejanos.
Mirar la tarde y sentir la tibieza del primer beso, del largo
Abrazo, de la mirada cómplice de un amor juvenil.
Recorrer las huellas de nuestra piel y
recordar sitios, lugares, momentos, instantes.
Memorias Interiores que permanecen por siempre.

Caminar bajo la lluvia y cantar nuestra letra favorita.
Atravesar la comarca en nuestra rústica bicicleta y sentirnos dueños
De los días. Abrir la frutas maduras, mientras sus dulces humedades
Nos hablan de veranos y cosechas de mariposas.

Que nuestra mayor preocupación sea una conversación
de trompos, caucheras y bolas de colores.
Que nuestras angustias y problemas las podamos despachar en
Los pequeños mensajes, adheridos al hilo de las cometas en agosto.
Que lloremos de tristeza por dejar escapar la sabaleta en el anzuelo.
Que el mayor tesoro sean las piedras de colores que trae el río.

Pequeñas cosas que se niegan a perecer. Instantes llenos de eternidad,
Donde un vuelo de pájaros en la tarde, era un momento de entusiasmo.
Olor de madera húmeda. Vaho de bosques en invierno.
Ágiles vientos de verano, dispersando las neblinas mañaneras.
Cantos de aves anunciando el día.
El guayacán que floreció con nuestros amores de infancia.
La casa de la abuela, habitada De flores, historias y dulces a las once.
El perro favorito que cobijó nuestra niñez.
El amigo que regresa a la casa de las nostalgias cada diciembre,
con su complicidad y alegría. La canción que nos enciende la tristeza.
Tantos lugares dejados atrás. Tantos momentos que hoy quisiéramos recordar. Tantas promesas hechas, pero nunca cumplidas.
Nuestra piel dispersa en otros cuerpos, en otros abrazos, en otras manos.
Inventario a favor. Los días nos han cobrado su peaje por permanecer en estas palabras, en estos recuerdos.

Desvestir nuestras normas. Desnudar las convenciones. Desandar nuestras rutinas. Derribar las puertas y atrevernos a ser. Quizá la vida nos aplaste nuevamente. Pero la semilla continuará creciendo en silencio.
FERNANDO MESÍAS

CARLOS FERNANDO GUTIERREZ, poeta, docente e investigador literario, nacido en Quimbaya, Quindío, Colombia. Miembro del Consejo Directivo de la revista TERMITA VIRTUAL